Sentado al borde de una silla desfondada
mareado, enfermo, casi vivo
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.
Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo te endulzan bellamente.
Hay que aprender a resistir.
Ni a irse ni a quedarse
a resistir
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.
. Foto: JOP-Photo Albums
1 comentario:
¡Fantásticos, Gelman y Gardel! Son estupendos, maja. Me llenas de emoción, de imágenes. Casi me veo paseando por las calles de esa hermosa ciudad; a la par que recuerdo cuando leí a Gelman en la facultad.
Gracias, Massu, siempre.
Millones de besos
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