domingo, 28 de diciembre de 2008

CAÍDA

Y me vuelvo a caer desde mí mismo
al vacío
a la nada.
¡Qué pirueta¡
¿Desciendo o vuelo?
No lo sé.
Recibo
el golpe de rigor, y me incorporo.
Me toco para ver si hubo gran daño
mas no me encuentro.
Mi cuerpo ¿dónde está?
Me duele sólo el alma.
Nada grave
Angel González
poeta español fallecido recientemente
Poema inédito sin publicar
gracias sara!!!

viernes, 26 de diciembre de 2008

JUEGO PATOLÓGICO

Dos noticias y aparentemente un mismo objetivo: debatir sobre la problemática del juego patológico. Las consideraciones que siguen pretenden hacer un aporte desde dos aspectos: el estrictamente médico psiquiátrico y el político sanitario. Quienes tenemos experiencia en el campo de las adicciones sabemos que éstas son producto de un largo proceso donde entran en juego desde características psico-biológicas individuales, hasta componentes de inducción social que fomentan el consumo compulsivo de sustancias o productos, así como la práctica de conductas riesgosas en cualquier campo de la actividad humana. También sabemos que, más allá de la legalidad o ilegalidad de ciertas conductas o productos, hay algunos como el tabaco, los solventes, ciertos psicofármacos o la cocaína, que llevan inexorablemente a la adicción a la absoluta mayoría de sus consumidores; en tanto otros, como el alcohol o el juego, pueden ser mantenidos de por vida como consumos sociales controlados por gran parte de sus cultores. Pero lo que está aceptado es que en el viaje de ida hacia todas las adicciones, cuando se pasa la barrera del control, el consumo medido u ocasional y la práctica social para ingresar en la obsesividad, la compulsión y la imposibilidad de detener la conducta a pesar de la conciencia de daño que ésta produce, no hay una vuelta atrás que permita retomar la práctica social de la misma. El título de un curso o un obra, un libro, etc. nunca es inocente, sino que más bien suele expresar una síntesis del contenido y carácter del mensaje a transmitir. Hablar "del juego patológico al juego responsable" es proponer que este camino es posible como si se dijese "del alcoholismo al consumo social de bebidas" o "del atado de cigarrillos a uno después de cenar". Dar este mensaje a las personas que sufren la adicción al juego y a sus familias es una ambigüedad engañosa y responde a una mala praxis por error o intencionalidades subyacentes que deberán ser explicadas por los responsables. Creí ser yo el equivocado cuando realizando una búsqueda en internet encontré que esta propuesta de ir del juego patológico al responsable se repite desde algunos años en cursos, jornadas y congresos internacionales, pero la identificación de quienes financian estas actividades me permiten poner en duda la objetividad de sus afirmaciones, así como los fines últimos perseguidos, ya que los propulsores son nada menos que empresas y consorcios internacionales propietarios de salas de juego, loterías, casinos, bingos y tragamonedas de todo el mundo. Es el mismo Dr. Julio Brizuela, coordinador de estas actividades en Bariloche, quien en un imperdible reportaje que le realizó un portal de la industria del juego en internet reconoció trabajar para estas empresas e incluso recomendó un "Manual del Juego Responsable" de su autoría que puso a disposición de ALAJA (Asociación Latinoamericana de Juegos de Azar) porque, a su entender, estas empresas "se han posicionado a la vanguardia de las acciones de prevención de las ludopatías". (www.yogonet.com/espanol/detallenoticia.asp?id=11156). En los congresos serios, cuando un profesional hace un aporte de investigación o recomienda por ejemplo algún psicofármaco, suele aclarar si es lo que se llama "speaker" del laboratorio que lo produce o si su trabajo es independiente de los mismos. Develar esto no es invalidante o calificante de la veracidad de lo que diga, pero es necesario para saber desde dónde habla. Con respecto al aspecto político sanitario del problema, resulta cuestionable el auspicio de esta actividad por parte de organismos del Estado rionegrino o algunos municipios, así como su declaración de interés por parte de nuestra Legislatura, que está siendo promovida por una colega creo que obrando de buena fe pero desconociendo estas particulares circunstancias que lo presentó como proyecto a tratar. Dicho con el mayor de los respetos, para adherir o financiar con recursos públicos un proyecto que proponga la plena libertad de las aves de corral, es bueno primero averiguar si el postulante es un poeta romántico o la propuesta viene firmada por el zorro. LUIS DI GIACOMO (*) Especial para "Río Negro" (*) Psiquiatra, legislador provincial. http://www.rionegro.com.ar/diario/2007/10/01/200710o01s03.php

miércoles, 24 de diciembre de 2008

domingo, 21 de diciembre de 2008

Me han obsequiado......

Gracias Dr. Vitamorte por haberme distinguido con este obsequio tan cálido, tan valioso.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Espacio de Amor

EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA " POR AMOR Y MOMENTOS " " ANDREA BOCELLI "

PROCASTINACIÓN. El mal de esta época.

Procastinación: dejar para mañana

El hábito de postergar es un síntoma de estos días: desde fumadores que viven dejando de fumar hasta estudiantes que preparan un examen eternamente. Cómo pasar de la inacción a la dinámica. Por Carla Barbuto. De la redacción de Clarín.com.

document.write('cbarbuto@clarin.comAlgunos se preguntarán por qué dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, mientras otros encontrarán mil respuestas posibles y seguirán adelante con paso seguro. Se trata de procastinadores (o procrastinadores), personas que pueden demorar la acción hasta el cansancio. “Es la actitud de postergar, diferir, aplazar. El agobio en que suele vivir el individuo contemporáneo lo lleva necesariamente a procastinar”, explica Roxana Kreimer, filósofa y coordinadora del taller “La procastinación: el hábito de posponer” en el Centro de Investigación y Práctica Filosófica. Y, aunque no siempre es un mal hábito –desde el momento que ayuda a priorizar actividades y quizá planificar mejor–, lo cierto es puede convertirse en una duda eterna. Joseph Ferrari, profesor de psicología en la Universidad de DePaul, en Chicago, asegura que el 20% de los adultos se identifica como indecisos crónicos. Desde más acá, Kreimer confiesa que cerca de 200 personas entre hombres y mujeres se reúnen semanalmente en los talleres para superar estos círculos viciosos. Ella asegura que “los argentinos tenemos una relación compleja con el sentido del deber”. La psicóloga española residente en Argentina, Ana Blesa, tiene una mirada menos considerada con quienes dilatan las situaciones: “Se dividen en dos grupos: los compulsivos como yo, y la mayoría: los que quieren cosas pero las postergan y se quedan en la queja”. Mientras se acomoda en un sillón al ras del piso, dispara: “La queja es muy adolescente porque lo que caracteriza al adulto es el compromiso y la persona que posterga y posterga, no se compromete con nada”. Para Willian Knaus, profesor y responsable del Departamento de Ciencias de Evaluación de la Salud de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia (y ex asesor de Bill Clinton en temas de salud), propuso un modelo para entender y explicar cómo funcionan estas conductas. En sus libros, este especialista asegura que la autoduda y la baja tolerancia a la tensión, son los pilares de la eterna postergación. Cabe aclarar: autoduda es la escasa confianza en arribar a buen puerto. Desde la Universidad de Berkeley, Jane Burka y Lenora Yuan también se ocuparon de desentrañar el misterio de la inacción y no ven las cosas tan negras. Burka plantea que “estas personas no son vagas, sino que temen al fracaso , al éxito o a ser controlados. Y preparan infinitas excusas para luego explicar por qué el proyecto no les salió tan bien como les pudo haber salido”. De vuelta en Buenos Aires, Kreimer describe: al principio, la persona (procastinador/a) no se preocupa demasiado porque cree que sí hará aquello que viene postergando. Pasado el tiempo, se enciende una luz de alerta y allí comienza la ansiedad. El paso siguiente es mentirse con un “todavía tengo tiempo” y luego se desespera. Ahí se aplican las frases típicas a saber: “El 1 de enero dejo de fumar”, “El lunes empiezo la dieta”, “En marzo rindo el final”, “Con la próxima me divorcio”, etcétera. “Tengo pacientes que dicen ‘Mi esposo me engaña’ o ‘Mi amante me trata mal’ y vienen acá a quejarse. Yo les digo: ‘quejarse está bueno, pero la solución es separarse’. Entiendo que no es fácil ser esposa, ser estudiante, pero hay que avanzar”, cuenta Blesa. Más allá de la queja de cabecera, los especialistas identifican dos tipos de procastinación: la que afecta a cuestiones cotidianas y la que afecta a los objetivos y proyectos fundamentales de la propia vida. “Para combatir este problema resulta útil familiarizarse con la propia forma de procastinar. ¿En qué ocasiones de procastina? ¿Cuáles son las propias formas más usuales de distracción? ¿Qué excusas se utilizan con mayor frecuencia?”, plantea Kreimer. Los procastinadores tienen una fuerte dificultad para concentrarse y suelen sentir miedo o ansiedad al verse sobrepasados por la tarea. “Suele ser útil preguntarse: ‘si se dejara de procastinar, ¿qué situaciones enfrentaría?’”, recomienda la filósofa. Mientras eligen resolver todo más adelante, lo ideal es romper con el círculo de autoduda. Blesa agrega: “Dar el primer paso suele disminuir notablemente la ansiedad. A veces, se procastina porque se cree que algunas cosas llevarán más tiempo del que llevan en realidad”.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Poema valiente en tiempo de crisis

Poesía premiada

Engendré sin darme cuenta el lirio enredado
de la cuenca de tu abdomen
y creí ser hija del abismo inmenso
¡Ah! Vastedad de cielo rojo.
¡Cuánto tiempo recé tus piernas para arrugarme
en el puño álgido de tu córnea babeante!
¡Y fui la llaga sarnosa de cualquier bostezo incinerado!
Y calciné los genitales del pensamiento
para ofrecértelos en el Copón Sagrado.
Escucha,
están musitando los mirlos
el pico letal del pubis del violoncelo asustado.
Ahora serán tristes astros,
racimos tristes de noche y un alba pálida
que enjuaguen juntos lágrimas
de un vientre cerrado.
¡Qué tiempo!
La vulva gris del naranjo escupe a bofetadas calientes
la cúpula fría del mordisco del mordisco labial...
Sigo creyendo en la melodía de los clarines de la arena de cristal...
Y balbuceo el acero atroz de las arterias malditas.
Pero se me extingue la sangre,
como la última patada se extingue
en la vértebra intestinal al coquetear con el páncreas la cicuta.
¡Oh! El galope de tu pecho
la cintura de tu sien
la nieve de tu boca...
¡Cuánto reloj dormido en la glotis de una espada!
Lúbrica del recuerdo angosto,
humus del ciprés humano
silencio hostil, risa de mármol,
cristal endeble de miedo,
áncora de papel de un minusválido corcel.
Rapsodia etílica,
Aquí me tienes,
Aquí me tienes otra vez.
ALFÉIZAR

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Nueva Tesis Feminista. Gioconda Belli

¿Cómo decirte hombre que te necesito? No puedo cantar a la liberación femenina si no te canto y te invito a descubrir liberaciones conmigo. No me gusta la gente que se engaña diciendo que el amor no es necesario-"témeles, yo le tiemblo". Hay tanto nuevo que aprender, hermosos cavernícolas que rescatar, nuevas maneras de amar que aún no hemos inventado.
A nombre propio declaro que me gusta saberme mujer frente a un hombre que se sabe hombre, que sé de ciencia cierta que el amor es mejor que las multi-vitaminas, que la pareja humana es el principio inevitable de la vida
que por eso no quiero jamás liberarme del hombre; lo amo con todas sus debilidades y me gusta compartir con su terquedad todo este ancho mundo donde ambos nos somos imprescindibles.
No quiero que me acusen de mujer tradicional pero pueden acusarme tantas como cuantas veces quieran de mujer .

SE PUEDE, SE QUIERE, SE DEBE

….La Clementina se enciende

Como un farol en el campo

Cuando se encuentra con Juan

Y él le regala su ramo

Siente que tocan el cielo

Cuando se tocan las manos

Entre las flores celestes

Que huelen como en el campo

Y entonces sabe por qué

Se puede seguir soñando

Se puede, se puede

Se puede, se debe

Se debe, se debe

Se debe, se puede.

martes, 16 de diciembre de 2008

¿Qué es la Navidad?

Es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro. Es el deseo más sincero de que cada taza se rebose con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz.
Agnes M. Pharo
Imagen: Navidad en la India

Qué pasa en los Neuropsiquiátricos? Una nota desde Costa Rica.

Caja Costarricense de Seguro Social Hospital Psiquiátrico capacitará a familias de personas con esquizofrenia
Damaris Marín Camacho 29 de setiembre, 2008 Archivo

Desde hace varios años, el hospital Nacional Psiquiátrico desarrolla el Programa de Psiquiatría Comunitaria, como apoyo a los familiares de pacientes esquizofrénicos. En la foto, vista de uno de los amplios jardines del centro médico. Desde hace varios años, el hospital Nacional Psiquiátrico desarrolla el Programa de Psiquiatría Comunitaria, como apoyo a los familiares de pacientes esquizofrénicos. En la foto, vista de uno de los amplios jardines del centro médico. Desde esta semana, el hospital Nacional Psiquiátrico Manuel Antonio Chapuí, reunió a familiares de personas con esquizofrenia, con el propósito de que conozcan más acerca de esta enfermedad y sus implicaciones, según lo informó Isabel Vásquez Vásquez, del Programa de Psquiatría Comunitaria. La idea, según lo señaló dicha funcionaria, es darle a estas personas los conocimientos básicos en torno a la esquizofrenia, para que puedan ayudar al enfermo en su proceso de rehabilitación, además de fortalecer mutuamente los lazos afectivos. El programa es gratuito y a él pueden asistir todos los familiares que lo deseen. Tiene una duración de cinco lunes y finaliza el lunes 20 de Octubre. Entre los principales temas en los cuales las personas tendrán la oportunidad de ahondar están las causas, signos y síntomas de la esquizofrenia, los cambios en el enfermo y la participación de la familia. Los especialistas del hospital Psiquiátrico abordan con los familiares otros aspectos como son: el uso e importancia de los medicamentos y sus efectos, el manejo del tratamiento en el hogar, desarrollo de habilidades, rehabilitación integral y actividades de ocio. Para Isabel Vázquez, el programa educativo para familiares de personas con esquizofrenia, "es de enorme ayuda", tanto para el hospital como para el paciente, a quien se busca ayudar y favorecer mediante una rehabilitación integral. La funcionaria afirmó que, para tal efecto, es muy importante la participación, comprensión y apoyo directo que los familiares muestren al enfermo. De ahí el interés de que la mayoría de los parientes se matriculen y participen en este programa que, sin costo alguno, ofrece el hospital Psiquiátrico desde hace varios años. Las charlas son los lunes de 1:00 pm a 3:00 pm en el aula tres del auditorio de este centro médico. Su inscripción es gratuita.
Nota recibida que transcribo a continuación:
en CR. los hospitales psiquiatricos estan en medio de grandes bosques, con muchas areas verdes, limpios, con pabellones separados para albergar a los enfermos segun el grado de su agresividad......es triste pasar por los pabellones en donde tienen a los que han matado o son muy peligrosos, son casi como carceles.....aun asi, por las rejas de las ventanas o patios sacan las manos para pedir especialmente cigarros.....en los que alojan a los no agresivos, te dejan ingresar, puedes ver las camas, tienen una salita para recibir a las visitas y un patio para que los enfermos que fuman lo puedan hacer ahi......la UCI es de primera, un cuarto para cada enfermo y salitas particulares para visitar cuando te lo permiten, bajo la supervision de un guarda y un psiquiatra....toda la gente que trabaja en ellos tienen una gran sensibilidad hacia los enfermos, familiares y visitantes.....aun asi, es muy duro conocer estos lugares, lo que ves te conmueve el alma y el corazon!!!!!

domingo, 14 de diciembre de 2008

Es Raro. G.A. Bécquer

"Ese día de primavera luminoso y azul, de esos en que se respira con voluptuosidad una atmósfera tibia e impregnada de deseos, en que se oyen en las ráfagas del aire como armonías lejanas, en que limpios horizontes se dibujan con líneas de oro"
Gustavo Adolfo Bécquer

miércoles, 10 de diciembre de 2008

GARÚA DEL AMANECER .- Silsh

Salpican lunares las baldosas en su concierto de lagañas que van dejando estela. La jungla lagrimea con sus pasos de manada al cruzar cárceles blancas del asfalto. Se traga los jugos de la noche sacándole la lengua a los afiches. Al trasluz guiñan los amarillos, avisando que el peligro se avecina en la gatera, en la avalancha gris de la ciudad que se despierta. Colectivos elásticos ruedan en caravana al compás del pregón de clarines y razones con sus crónicas de fútbol del domingo, ataviados en poliéster. Conversan los raídos maletines junto a muecas insomnes que reverberan pardas avenidas ultrajadas de insolencias, calzan zapatos ojerosos que tocan el frío de una ciudad sin alas. Alguna esquina al paso atesora el sabor a pan recién horneado, antes de que el reloj golpeé la mundana celeridad con que pasa la vida para quienes, de sol a sol, no alcanzan a elevar su cabeza para enterarse de que color se ve el cielo sin smog. Aburridos paraguas se saludan sin mirarse, clavando alguna espina en su danza de marionetas sin hilos, de ese ballet florido que se pasea por la recta de veredas atestadas de cartones húmedos, olvidados a su suerte. Una amalgama pictórica que intenta adquirir fisonomía con dignidad propia donde Buenos Aires se detiene a acariciarse frente al espejo de una vidriera de retazos a dos mangos. Sólo el almanaque pica boleto de algún lunes miserable, mientras busco a través de la garúa, la rutina orgullosa del porteño esclavo de su historia y su nostalgia que destiñe su pasado en extinción.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Mi Buenos Aires Querido. Juan Gelman

Sentado al borde de una silla desfondada

mareado, enfermo, casi vivo

escribo versos previamente llorados

por la ciudad donde nací.

Hay que atraparlos, también aquí

nacieron hijos dulces míos

que entre tanto castigo te endulzan bellamente.

Hay que aprender a resistir.

Ni a irse ni a quedarse

a resistir

aunque es seguro

que habrá más penas y olvido.

. Foto: JOP-Photo Albums

viernes, 5 de diciembre de 2008

jueves, 4 de diciembre de 2008

En recuerdo de Marcel Proust

“Hablar de tiempo perdido parece aludir, casi instintivamente, al tiempo malgastado. Pero el tiempo se pierde tan sólo al suceder. Marcel Proust, a los 35 años, recluido en una habitación revestida de corcho que lo protegía del asma, escribió en busca de su tiempo transcurrido. En páginas repletas de palabras que no dan tregua al lector, nos lleva a Combray (Illiers), Balbec (Cabourg) y París. Las oraciones parecen no tener fin y se cree que, saltando el instante siguiente, siendo vencido el lector por ellas, cerrará finalmente el libro. Pero llegado ese momento, el encanto de la obra va creciendo y, carilla tras carilla, el dolor, la ansiedad, el amor y el hastío ocioso de quienes entran y salen del relato se impone. Proust, con su narrativa, nos ha aprehendido; como ha aprehendido, con su escritura, el tiempo perdido. Nació en París, el 10 de julio de 1871 en el seno de una familia adinerada. Se relacionó con los grupos elegantes de la ciudad y muchos de sus integrantes le servirían de modelo para sus personajes. En 1896 aparece su primera obra: Los placeres y los días. Entre 1895 y 1899 escribe Jean Santeuil, novela autobiográfica descubierta y publicada tras su muerte. En 1913 aparece el primer volumen de En busca del tiempo perdido. Por el camino de Swann, donde ocurre el famoso episodio de la magdalena mojada en el té por el narrador: ‘... en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior... ¿Dé dónde venía y qué significaba?... Dejo la taza y me vuelvo hacia mi alma. Ella es la que tiene que dar con la verdad... Y de pronto el recuerdo surge. Ese sabor es el que tenía el pedazo de magdalena que mi tía Leoncia me ofrecía, después de mojado en su infusión de té o de tila... ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas de Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que va tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té’. Así incorpora a la literatura la memoria involuntaria. La publicación de este primer volumen fue sufragada por el propio Proust y pasó desapercibido. En 1919 aparece el 2º volumen: A la sombra de las muchachas en flor. Tiene éxito y gana el prestigioso premio Goncourt. En 1920 es nombrado Caballero de la Legión de Honor, e invitado a escribir en diarios y revistas de renombre. Aparecen El mundo de Guermantes (3º vol. 1920) y Sodoma y Gomorra (4º Vol. 1921), ambos con excelente acogida. El 18 de noviembre de 1922, a los 51 años, la muerte le arrebata la posibilidad de ver publicada la totalidad de su obra, cuyas últimas tres partes dejó manuscritas, llegando a nosotros gracias a su hermano Robert y a Jacques Riviere: La prisionera (1923), Albertina desaparecida (1925) y Tiempo recobrado (1927), en el cual el narrador se consagra a escribir la novela que el lector, en realidad, acaba de leer. Allí nos dice: ‘La verdadera vida, la vida por fin descubierta e iluminada, la única vida por consiguiente vivida de verdad, es la literatura; esta vida que en un sentido vive en cada hombre del mismo modo que vive en el artista. Pero los hombres no la ven, porque no buscan sacarla a la luz’. Y describe con exquisita simpleza la complejidad de sensaciones y pensamientos que genera la memoria causada por las experiencias vividas: ‘Un nombre leído antaño en un libro contiene entre sus sílabas el viento rápido y el sol brillante que hacía cuando lo leíamos... Más aún, una cosa que vimos en una cierta época, un libro que leímos, no sólo permanece unido para siempre a lo que había en torno nuestro; queda también fielmente unido a lo que nosotros éramos en ese entonces, y ya no puede ser releído sino por la sensibilidad, por la persona que entonces éramos... Si vuelvo a ver una cosa de otro tiempo, surge un joven. Y mi persona de hoy no es más que una cantera abandonada que cree que todo lo que contiene es igual y monótono, pero de donde cada recuerdo saca, como un escultor de Grecia, innumerables esculturas...’. Dotados de una singular observación, los minuciosos análisis que hace Proust de sus personajes, la irrupción en ellos, la opacidad detrás de otros, el recurso de la memoria involuntaria y la sutil evocación, armonizados por su natural talento al asumir la pluma de novelista, confirman la sentencia del Conde de Buffon: el estilo es el hombre. Estilo impar y excelso con el que buscó y recobró el tiempo. Tiempo que atrapó en más de tres mil páginas labradas con su puño, instalándose, cómodo y elegante, en la posteridad”.

fragmento de lo publicado en contratapa de página 12. hoy

miércoles, 3 de diciembre de 2008

CONVOCATORIA DE BESOS. ADHIERO.

Andrea Bocelli - Besame Mucho (2006) Adhiero a la Convocatoria Internacional de BESOS hecha por Susuru http://unosyotros.blogspot.com

LA FELICIDAD

Demócrito definió la felicidad como “la medida del placer y la proporción de la vida”, o sea como el mantenerse alejado de todo defecto y de todo exceso (Fragmentos, 191, Diels). De cualquier modo, felicidad e infelicidad pertenecen al alma (Fragmentos, 170), ya que sólo el alma “es la morada de nuestro destino” (Fragmentos, 171, Diels). El antiguo Hegugesias negó la posibilidad de la felicidad, precisamente por el hecho de que los placeres son muy raros y efímeros. Platón negó que la felicidad consistiera en el placer y, en cambio, la consideró relacionada con la virtud. Ya sea como virtud, como inteligencia (Plotino), como placer (Locke), o como altruismo (Russell), el concepto ha tenido virajes importantes. Kant, más cerca de Freud, declaró la imposibilidad de la realización de la felicidad (Crítica del juicio), ya que la satisfacción total es utópica. Freud (El malestar en la cultura) declaró: “¿Qué es lo que los seres humanos mismos dejan discernir, por su conducta, como fin y propósito de su vida? ¿Qué es lo que exigen de ella, lo que en ella quieren alcanzar? No es difícil acertar con la respuesta: quieren alcanzar la dicha, conseguir la felicidad y mantenerla”. Y también Lacan (Seminario 7, clase 22, “La demanda de felicidad y la promesa analítica”) comenta: “He ahí, entonces, lo que conviene recordar en el momento en que el analista se encuentra, en suma, en posición de responder a quien le demanda la felicidad. Demandarle la felicidad; él no puede olvidar que esto, ancestralmente, para el hombre, plantea la cuestión del soberano bien y que él, el analista, sabe que esta cuestión es una cuestión cerrada. No sólo lo que se le demanda, el soberano bien, él seguramente no lo tiene, sino que sabe que no lo hay; porque ninguna otra cosa es haber llevado a su término un análisis sino haber asido, reencontrado, haber chocado rudamente con ese límite que es donde se plantea toda la problemática del deseo”. Freud había propuesto una definición categórica y puntual en 1898 (Carta 82 a Wilhelm Fliess): “Te incluyo en ésta mi definición de la ‘felicidad’ (¿o ya te la conté hace tiempo?). La felicidad es el cumplimiento diferido de un deseo prehistórico. He aquí por qué la riqueza nos hace tan poco felices: el dinero nunca fue un deseo de la infancia”. Y, en la Carta 107, de 1899: “Ese hombre halló la felicidad cuando descubrió el tesoro de Príamo, pues la felicidad sólo es posible merced al cumplimiento de un deseo infantil”. Así, el sentimiento de felicidad parece albergar algo en el orden de lo originario, de lo histórico, del re-encuentro. Y ofreció esa definición varios años antes de escribir, en Tres ensayos para una teoría sexual (1905), que todo encuentro con el objeto es propiamente un re-encuentro. Por eso Lacan (Seminario 7, clase 1) dijo: “Seguramente Freud no duda –no más que Aristóteles– que lo que el hombre busca, lo que es su fin, es la felicidad. Cosa curiosa, la felicidad (bonheur) en casi todas las lenguas se presenta en términos de reencuentro (Tykhê); hay allí alguna divinidad favorable. Felicidad es también para nosotros ‘augurio’, es también un buen presagio y también un buen reencuentro, pues hay un sentido objetivo en augurio”. El mismo Lacan dirá, sin embargo, que el sujeto es siempre feliz: a nivel pulsional, en lo que conocemos como goce, hay siempre satisfacción. La pulsión, en su recorrido, siempre se satisface; pero el deseo (ahí está todo el problema) por definición quedará insatisfecho: la histérica, que lo descubre y lo padece con su sintomatología, no hace más que decirlo a gritos. El obsesivo, con su deseo impotente, o el fóbico, con su deseo prevenido, no hacen más que cerrar el círculo neurótico que hace a la propia insatisfacción de la estructura. Fuente: Página 12 – 3 dic. 2008
Al Bano Carrisi & Romina Power

lunes, 1 de diciembre de 2008

LÍMITES. Juan Gelman

MANOS: pintura de Raquel Pendino
www.lenguajesinvoz@blohspot.com
¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí la sed, hasta aquí el agua? ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el aire, hasta aquí el fuego? ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el amor, hasta aquí el odio? ¿Quién dijo alguna vez: hasta aquí el hombre, hasta aquí no? Sólo la esperanza tiene las rodillas nítidas. Sangran.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Crisis...Crisis.... Benito Pérez Galdós

"Así como otros son felices en sueños, soñando que adquieren riquezas, mi felicidad consiste en soñar con la pobreza, en recrearme pensando en ella y en imaginar, cuando me encuentro en mal estado, un estado peor".-
Nazarín
Imagen: "Desocupados" de Antonio Berni

sábado, 29 de noviembre de 2008

viernes, 28 de noviembre de 2008

La compasión desterrada

Por Luis Kancyper *
Se ha desterrado de este mundo la compasión?” La pregunta de Shakespeare, formulada en El Rey Lear, cobra hoy en nuestro país y en el mundo más vigencia que nunca. El hombre, en nombre del poder de la razón, ha renegado del poder de los afectos. Y son precisamente los afectos, sentimientos o emociones los que dirigen el destino del hombre y orientan su pensamiento y sus actos. Cada emoción promueve una particular moción, un movimiento singular: el amor une, el odio separa, la envidia destruye y el resentimiento castiga y retiene al otro en un tiempo detenido, para poder legalizar, ante sí mismo y ante los demás, su derecho a la venganza y al ejercicio de la crueldad, que se opone precisamente al sentimiento de la compasión. Con suma frecuencia se confunde el hecho mismo de experimentar sentimientos con sufrir, y de ese modo se pierde la función orientadora y luminosa que tienen los sentimientos para focalizar a los pensamientos y para guiar a las acciones en el campo individual y social. Además suele suceder que aquellos que detentan un poder autoritario son los que padecen de una miopía afectiva que les impide ver y reconocer que el otro no es un mero objeto sometido a los designios y manipulaciones de sus caprichos. Necesitamos rehabilitar una experiencia más íntima con el padecimiento propio y ajeno, y no huir y renegar de él, para poder recuperar la memoria del dolor y no la memoria del rencor. La palabra “resentimiento” se define como el amargo y enraizado recuerdo de una injuria particular, de la cual desea uno satisfacerse. Su sinónimo es “rencor”. Rencor proviene del latín, rancor (queja, querella, demanda). De la misma raíz latina deriva rancidus (rencoroso), y de ella, las palabras “rancio” y “rengo”. El resentimiento es la resultante de humillaciones múltiples, ante las cuales las rebeliones sofocadas acumulan sus “ajustes de cuentas”, tras la esperanza de precipitarse finalmente en actos de venganza. A partir del resentimiento surge la venganza, mediante una acción reiterada, torturante, compulsivamente repetitiva en la fantasía y/o en su pasaje al acto. Surge como un intento de anular los agravios y capitalizar al mismo tiempo esa situación para alimentar una posición característica: la condición de víctima privilegiada. Desde este lugar adquiere “derechos” de represalia, desquite y revancha contra quienes han perturbado la ilusión de la perfección infantil. Estos derechos los ejerce a través de conductas sádicas por las heridas narcisistas y por los daños traumáticos externos que pasivamente ha experimentado. Es en la venganza donde se revierte la relación. El sujeto resentido, en su intercambiabilidad de roles, pasa a ser, de un objeto anterior humillado, un sujeto ahora torturador. El sujeto torturador anterior se convierte, durante la venganza, en un objeto actual humillado deudor, manteniendo la misma situación de inmovilización dual sometedor/sometido, con apariencia de movilidad. Es mediante el resentimiento como el sujeto bloquea su afectividad, anulando también la percepción subjetiva del paso del tiempo y de la discriminación de los espacios, para lo cual inmoviliza a sus objetos y a su yo en una agresividad vengativa al servicio de poblar un mundo imaginario siniestro. El resentimiento, en su nexo con la temporalidad y el poder, nos permite diferenciar la memoria adictiva del rencor de la memoria del dolor. La memoria del rencor se atrinchera y se nutre de la esperanza del poder de un tiempo de revancha a venir, mientras que la memoria del dolor se continúa con el tiempo de la resignación. No se basa ciertamente en la subestimación del pasado, ni en la amnesia de lo sucedido ni en la imposición de una absolución superficial, sino en su aceptación con pena, con odio y con dolor, como inmodificable y resignable, para efectuar el pasaje hacia otros objetos, lo cual posibilita procesar un trabajo de elaboración de un duelo normal. “Es la memoria un gran don,/ Calidá muy meritoria/ Y aquellos que en esta historia/ Sospechen que les doy palo/ Sepan que olvidar lo malo/ También es tener memoria”, dijo Martín Fierro. La memoria del dolor admite al pasado como experiencia y no como lastre; no exige la renuncia al dolor de lo ocurrido y lo sabido. Opera como un no olvidar estructurante y organizador; como una señal de alarma que protege y previene la repetición de lo malo y da paso a una nueva construcción. En cambio, la repetición en la memoria del rencor reinstala la compulsión repetitiva y hasta insaciable del poder vengativo. En el rencor, la temporalidad presenta características particulares, manifiestamente una singular relación con la dimensión prospectiva. La repetición es la forma básica de interceptar el porvenir y de impedir la capacidad de cambio. La memoria del rencor, a diferencia de la memoria del dolor, está regida, no por el principio de placer-displacer ni por el principio de realidad, sino por el que podría llamarse principio de “tormento”. “Yo no podía estar conmigo mismo a pesar de que me dispuse a cerrar en lo posible mis cuentas con el pasado y a establecer una nueva lucha. En cuanto estaba conmigo mismo me venía implacablemente a la conciencia el hiriente sentimiento de culpa, un pensar calamitoso. En esos casos mi desesperación alcanzaba grados tales que yo llegaba a temblar físicamente y aún a la fiebre misma sin saber qué hacer de mí para castigarme o mortificarme. Huía, pues, de todo encuentro conmigo y sólo la cólera me servía para distraerme de mí y dar un escape a mi tormento interior. Caminaba cargado de remordimientos, furioso, siempre irritado contra mí, con terrible furia y recóndita y agria pesadumbre, insoportable e insoportante”, dice un relato del escritor Eduardo Mallea. El sujeto rencoroso (resentido y remordido) es un mnemonista implacable. Se halla poseído por reminiscencias vindicativas. No puede perdonar ni perdonarse. No puede olvidar. Está abrumado por la memoria de un pasado que no puede separar y mantener a distancia del consciente. La vivencia del tiempo, sostenida por el poder del rencor, es la permanencia de un rumiar indigesto de una afrenta que no cesa, expresión de heridas traumáticas que no logra elaborar, no sólo en el propio sujeto y en la dinámica interpersonal, sino que esta sed de venganzas taliónicas pueden llegar a perpetuarse a través de la transmisión de las generaciones sellando un inexorable destino en la memoria colectiva. Shakespeare inmortaliza en su obra Romeo y Julieta la relación directa que se establece entre el destino trágico de los protagonistas y la antigua historia de rencores y de poderes entre los Montescos y Capuletos. Ya desde el prólogo dice: “Venid a ver el surco rápido y fatal. La huella de muerte y de dolor que han dejado estos amores. Venid a contemplar el odio tradicional de estas dos familias, que sólo pueden aplacarse ante los cadáveres de dos adolescentes”. Los resentimientos y remordimientos conscientes e inconscientes, suscitados por el que Freud llamó “narcisismo de las pequeñas diferencias” entre las religiones, los pueblos y las naciones, han originado devastadoras consecuencias por el repetitivo resurgimiento de un poder fanático que ha irrumpido con ferocidad a lo largo de la historia de la humanidad, como consecuencia de la recurrente activación del poder de estos afectos. “Algún necio humanista podrá decir lo que quiera; pero la venganza ha sido desde siempre y seguirá siendo el último recurso de lucha y la mayor satisfacción espiritual de los oprimidos”, escribió Zvi Kolitz en José Rákover habla a Dios. El rencor abriga una esperanza vindicativa que puede llegar a operar como un puerto en la tormenta en una situación de desvalimiento; como un último recurso de lucha, tendiente a restaurar el quebrado sentimiento de la propia dignidad, tanto en el campo individual como social. El poder del rencor suele promover no sólo fantasías e ideales destructivos. No se reduce únicamente al ejercicio de un poder hostil y retaliativo. También puede llegar a propiciar fantasías e ideales tróficos, favoreciendo el surgimiento de una necesaria rebeldía y de un poder creativo tendientes a restañar las heridas provenientes de los injustos poderes abusivos originados por ciertas situaciones traumáticas. El sentido de este poder esperanzado opera para contrarrestrar y no sojuzgarse a los clamores de un inexorable destino de opresión, marginación e inferioridad. Estas dos dimensiones antagónicas y coexistentes del poder del rencor se despliegan en diferentes grados en cada sujeto y se requiere reconocerlas y aprehenderlas en la totalidad de su compleja y aleatoria dinámica. Pero si el sujeto sólo permanece fijado a las ligaduras de la memoria del rencor, quedará finalmente retenido en la trampa de la inmovilización tanática del resentimiento de un pasado que no puede resignar. Pasado que anega las dimensiones temporales de presente y del futuro. Sólo el lento e intrincado trabajo de elaboración de los resentimientos y remordimientos posibilitará un procesamiento normal de los duelos para efectuar el pasaje de la memoria del rencor a la memoria del dolor. Recién a partir de esto, el sujeto rencoroso depondrá su condición de inocente víctima que reclama y castiga y logrará acceder a la construcción de su propia historia como agente activo y responsable y no como reactivo a un pasado que no puede olvidar ni perdonar. La memoria del dolor, dijimos, no intenta no anular el pasado, sino recordarlo y elaborarlo, con la finalidad de edificar un presente y un futuro diferentes, sustentados sobre los poderes de la creatividad, solidaridad y amistad, que contrarresta la lógica bursátil de los valores especulativos, inherentes a los afectos hostiles de la crueldad infantil, el sadismo y la indiferencia. Pero ¿cómo incluir también en estos momentos de crisis las tres dimensiones del tiempo, pasado, presente y futuro? Si bien el momento coyuntural de la solidaridad es perentorio, necesario e impostergable, se requiere al mismo tiempo incluir una revisión detallada y profunda del origen de nuestros pesares del ayer, para lograr un cambio de las estructuras de nuestra sociedad en el presente, con miras a un futuro. Dicho cambio requiere, ineludible, el poder afectivo de la compasión. El término compasión involucra una participación afectiva en la desgracia ajena. Es el registro de un sentimiento de pena, provocado por el padecimiento de otros, e implica un impulso de aliviarlo, remediarlo o limitarlo. Compasión no es lástima, ni piedad ni conmiseración. Hay diferencias de matices entre éstos términos. Pero, para que haya compasión, resulta necesaria, como precondición, una aptitud para el reconocimiento de la alteridad y de la mismidad. Del otro lado, el dominio de la crueldad aparece como el contrario mismo de este reconocimiento, puesto que implica la dominación y la apropiación totalitaria del otro como un objeto-cosa, lo cual supone la negación del otro como tal. La compasión funda una lógica horizontal que contrarresta el abuso autoritario de un poder vertical y reabre una esperanza posible basada en un proceso de trabajo, transformación y esfuerzo mancomunados. Los hombres de todos los tiempos viven de esperanzas.
“Cuando la esperanza está justificada, vuela con alas de golondrina. De los reyes hace dioses y de las más modestas criaturas, reyes.” (Shakespeare, Ricardo III.)
* Miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina y full member de la IPA.
fuente: Página 12

martes, 25 de noviembre de 2008

Meditando con este mantra

Medicine Buddha Mantra

domingo, 23 de noviembre de 2008

Me regalaron BESOS!!!!

estos BESOS vienen del blog de Susuru
unosyotros.blogspot.com
y los comparto con mis visitantes.

viernes, 21 de noviembre de 2008

Derechos Humanos:Revisión y Futuro. V Congreso Internacional de Salud Mental y DD HH

Matias Llivitzky
El objetivo principal del presente trabajo es establecer una revisión de los antecedentes que motivaron la instauración de un código de conducta universal: los Derechos Humanos. Asimismo, se propone verificar la aplicación actual de los mismos, y las posibilidades futuras de su vigencia, a través de una enunciación de los organismos y funcionarios pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas encargados de velar por su cumplimiento. Las conclusiones abren un interrogante acerca del doble Standard existente en los Estados, por el cual de palabra se comprometen a respetar la vigencia de los Derechos Humanos y sus plenos alcances, pero en la realidad la práctica de los mismos se ve limitada por disposiciones gubernamentales coercitivas de las libertades civiles e individuales inalienables del ser humano.Es el fin de la Segunda Guerra Mundial. Dos bombas atómicas han caído sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, arrasando, además de cualquier objetivo bélico, con la población civil de esas ciudades, con personas completamente ajenas a cualquier función militar. Personas comunes que simplemente ese día se disponían a vivir un día más en sus vidas. Personas comunes como las mismas que fueron masacradas en los campos de concentración de la Alemania nazi en esa misma guerra irracional y bárbara, por el solo hecho de profesar una religión, una cultura, un color de piel, un idioma, una elección sexual, una forma de pensar diferente del régimen del terror instaurado por Hitler en Europa. Personas comunes que nada tenían que ver con las ambiciones desmedidas de diversos líderes políticos alrededor del mundo, que usaron el poder destructivo de sus aparatos militares para atacar a civiles inocentes. ¿Hasta qué punto era capaz de llegar la irracionalidad humana con tal de aniquilar por el placer mismo de la muerte?Por estos antecedentes es que surge la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y he aquí la polémica: ¿Es posible en un mundo completamente heterogéneo implantar un criterio universal de moralidad? ¿Se puede realizar el sueño kantiano, implementando un imperativo categórico que a través de sus artículos estipule mínimas reglas de convivencia pacífica entre los hombres? Las Naciones Unidas apuestan por la afirmativa. Esta concepción se da de lleno con un pensamiento antropológico completamente diferente: el relativismo cultural. En base al mismo ningún valor es superior a otro, sino que todas las creencias de las diversas culturas esparcidas alrededor del planeta están en pie de igualdad unas con las otras.¿Con qué criterio se establece que determinados tipos de valores serán los que todos deban compartir, y no otros? ¿Quién puede garantizar que éstos no son una extrapolación global de un patrón de creencias morales locales y específicas?La ONU responde diciendo que en la confección de la Declaración Universal de Derechos Humanos han intervenido absolutamente todos los representantes de los estados que en ese puntual momento histórico se encontraban presentes en el seno de la organización. Nadie se opondría a una Declaración efectuada y elaborada por representantes de todos los estados, en el mejor modo de una ley de una democracia indirecta, que dio una Constitución ética a un mundo anárquico y violento. Los Derechos Humanos: la historiaEn la Conferencia de San Francisco de 1945, en la cual la ONU fue creada, alrededor de 40 organizaciones no gubernamentales, representando a etnias, sindicatos, organizaciones feministas y grupos religiosos plantearon y lograron que en la Carta de las Naciones Unidas (columna vertebral de la organización y pilar del funcionamiento de la misma) se incorporaran disposiciones sobre los Derechos Humanos. En el Preámbulo de la Carta se afirma la "fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas." El 10 de Diciembre de 1948, fecha que en la actualidad se celebra como el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Asamblea General aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, "el ideal común por el que todos los pueblos deben esforzarse."Breve y esquemáticamente, en el primer y segundo artículo se estipula que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinciones de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole. Entre los artículos tercero a veintiunavo se comprenden los derechos civiles y políticos. Entre los artículos 22 y 27 los derechos económicos, sociales y culturales. En los dos últimos artículos se plantea que toda persona tiene el derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos humanos se hagan plenamente efectivos, y que las únicas limitaciones a esos derechos individuales serán para asegurar los derechos de los demás y del bienestar general en una sociedad democrática. Aquí se observa entonces claramente la estrecha ligazón entre los derechos humanos y el sistema de gobierno elegido por la Organización para expandirse alrededor del mundo, sobre todos los demás: la democracia. Será estrecha entonces, la conexión entre las violaciones a los DD.HH y los regímenes totalitarios, dictatoriales y antidemocráticos que se establezcan alrededor del mundo. El régimen democrático de gobierno será el que, al juicio de las Naciones Unidas, mejor respete la garantización efectiva de los derechos universales.Esto se reafirma en la Segunda Conferencia Mundial de Derechos Humanos, realizada en Viena en 1993, donde se afirma que la democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales son conceptos interdependientes que se refuerzan mutuamente. Aquí se registran las influencias del fin de la Guerra Fría, que extrapolada a este ámbito de análisis fijó una división entre los derechos políticos (defendidos por el bloque occidental capitalista frente a las violaciones a los mismos ejercidas en el bloque del este) y los derechos sociales y económicos (argumentados como falencias del capitalismo por los países bajo hegemonía soviética). Luego de la caída de la URSS en 1991, los DD. HH. estaban listos para ser unificados bajo un mismo término, y el énfasis renovado a la democracia y su ligazón a los derechos humanitarios estriba en la solución de la última gran contienda geopolítica del Siglo XX.Los Derechos Humanos: su presente y su futuroLa Organización de las Naciones Unidas a lo largo de su historia ha confeccionado códigos y convenciones a nivel internacional para ser tenidos en cuenta como modelos para la legislación nacional, en diferentes ámbitos de aplicación judicial; por ejemplo el trato a los presos, la protección y atención a los menores detenidos, el uso de armas de fuego por parte de la policía, la función de abogados y fiscales o la independencia del poder judicial respecto de otros poderes republicanos. Algunas de estas disposiciones se han elaborado en la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal de las Naciones Unidas y en el Centro de Prevención Internacional del Delito. Sin embargo, luego de seis décadas de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, hay ocasiones en que parecería ser que sus contenidos fundamentales son solo letra muerta. En todo nuestro planeta día tras día se suceden las violaciones a los artículos de la declaración, no solo por parte de los diferentes Estados, sino también organizaciones no gubernamentales, individuos, sistemas económicos y culturales, etc. En los tiempos modernos, en los cuales más de la mitad de la población mundial (tres mil millones de personas) viven con menos de dos dólares por día, es una gran incógnita el tratar de resolver como se garantiza el primero y más importante de los derechos humanos (el derecho a la vida) a los seres humanos que se encuentran sumidos en la pobreza extrema. Porque no solo se trata de garantizar la vida por la vida misma, sino que el objetivo fundamental de los Derechos Humanos es además, el contribuir a incrementar esa calidad de vida disminuida notoriamente, y que impide disfrutarla y vivirla como se desearía hacerlo. Sin embargo, hay vientos de esperanza. El Secretario General de la organización, Kofi Annan, en su programa de reforma de las Naciones Unidas, emanado de la Declaración del Milenio, avalada por más de 150 jefes de estado de todo el mundo, afirmó que los Derechos Humanos deben ser el tema común de todos los aspectos de la labor multifacética de la Organización, en todas sus políticas y programas. No obstante, conociendo las enormes dificultades con las que la organización se topa a la hora de implementar las políticas y sugerencias planteadas en el seno de sus debates en la realidad práctica, es un gran interrogante a futuro el considerar como a largo plazo estas reformas serán implementadas. ¿Primará la lucidez que tuvieron los líderes de posguerra a la hora de idear un sistema universal de valores comunes para tratar de terminar con el principal conflicto de la humanidad, es decir, la imposibilidad de una convivencia verdadera y pacífica? ¿O por el contrario, los Estados firmarán pactos y convenciones suscribiendo de palabra la protección de los derechos humanos de todos los hombres, y en la realidad continuarán violándolos (no respetando lo estipulado en los últimos artículos de la Declaración acerca de la obligatoriedad de su efectividad) sistemáticamente en pos de solucionar por la fuerza problemas políticas cotidianos en el corto plazo, anulando cualquier tipo de construcción de proyectos pacíficos para el futuro? Las generaciones presentes tienen la respuesta.Bibliografía"Manual on Human Rights reporting", Ed. Naciones Unidas, Ginebra, 1997"The World Bank Annual Report", Ed Banco Mundial, Washington D.C., 1997"Historia de las Relaciones Internacionales Contemporáneas", Juan Carlos Pereira (comp..), Ed. Ariel, Madrid, 2003"ABC de las Naciones Unidas", Ed. Naciones Unidas, Nueva York, 2000.www.un.org información general sobre el sistema de Naciones Unidas.El objetivo principal del presente trabajo es establecer una revisión de los antecedentes que motivaron la instauración de un código de conducta universal: los Derechos Humanos. Asimismo, se propone verificar la aplicación actual de los mismos, y las posibilidades futuras de su vigencia, a través de una enunciación de los organismos y funcionarios pertenecientes a la Organización de las Naciones Unidas encargados de velar por su cumplimiento. Las conclusiones abren un interrogante acerca del doble Standard existente en los Estados, por el cual de palabra se comprometen a respetar la vigencia de los Derechos Humanos y sus plenos alcances, pero en la realidad la práctica de los mismos se ve limitada por disposiciones gubernamentales coercitivas de las libertades civiles e individuales inalienables del ser humano.Es el fin de la Segunda Guerra Mundial. Dos bombas atómicas han caído sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, arrasando, además de cualquier objetivo bélico, con la población civil de esas ciudades, con personas completamente ajenas a cualquier función militar. Personas comunes que simplemente ese día se disponían a vivir un día más en sus vidas. Personas comunes como las mismas que fueron masacradas en los campos de concentración de la Alemania nazi en esa misma guerra irracional y bárbara, por el solo hecho de profesar una religión, una cultura, un color de piel, un idioma, una elección sexual, una forma de pensar diferente del régimen del terror instaurado por Hitler en Europa. Personas comunes que nada tenían que ver con las ambiciones desmedidas de diversos líderes políticos alrededor del mundo, que usaron el poder destructivo de sus aparatos militares para atacar a civiles inocentes. ¿Hasta qué punto era capaz de llegar la irracionalidad humana con tal de aniquilar por el placer mismo de la muerte?Por estos antecedentes es que surge la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y he aquí la polémica: ¿Es posible en un mundo completamente heterogéneo implantar un criterio universal de moralidad? ¿Se puede realizar el sueño kantiano, implementando un imperativo categórico que a través de sus artículos estipule mínimas reglas de convivencia pacífica entre los hombres? Las Naciones Unidas apuestan por la afirmativa. Esta concepción se da de lleno con un pensamiento antropológico completamente diferente: el relativismo cultural. En base al mismo ningún valor es superior a otro, sino que todas las creencias de las diversas culturas esparcidas alrededor del planeta están en pie de igualdad unas con las otras.¿Con qué criterio se establece que determinados tipos de valores serán los que todos deban compartir, y no otros? ¿Quién puede garantizar que éstos no son una extrapolación global de un patrón de creencias morales locales y específicas?La ONU responde diciendo que en la confección de la Declaración Universal de Derechos Humanos han intervenido absolutamente todos los representantes de los estados que en ese puntual momento histórico se encontraban presentes en el seno de la organización. Nadie se opondría a una Declaración efectuada y elaborada por representantes de todos los estados, en el mejor modo de una ley de una democracia indirecta, que dio una Constitución ética a un mundo anárquico y violento. Los Derechos Humanos: la historiaEn la Conferencia de San Francisco de 1945, en la cual la ONU fue creada, alrededor de 40 organizaciones no gubernamentales, representando a etnias, sindicatos, organizaciones feministas y grupos religiosos plantearon y lograron que en la Carta de las Naciones Unidas (columna vertebral de la organización y pilar del funcionamiento de la misma) se incorporaran disposiciones sobre los Derechos Humanos. En el Preámbulo de la Carta se afirma la "fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas." El 10 de Diciembre de 1948, fecha que en la actualidad se celebra como el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Asamblea General aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos, "el ideal común por el que todos los pueblos deben esforzarse."Breve y esquemáticamente, en el primer y segundo artículo se estipula que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, sin distinciones de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole. Entre los artículos tercero a veintiunavo se comprenden los derechos civiles y políticos. Entre los artículos 22 y 27 los derechos económicos, sociales y culturales. En los dos últimos artículos se plantea que toda persona tiene el derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos humanos se hagan plenamente efectivos, y que las únicas limitaciones a esos derechos individuales serán para asegurar los derechos de los demás y del bienestar general en una sociedad democrática. Aquí se observa entonces claramente la estrecha ligazón entre los derechos humanos y el sistema de gobierno elegido por la Organización para expandirse alrededor del mundo, sobre todos los demás: la democracia. Será estrecha entonces, la conexión entre las violaciones a los DD.HH y los regímenes totalitarios, dictatoriales y antidemocráticos que se establezcan alrededor del mundo. El régimen democrático de gobierno será el que, al juicio de las Naciones Unidas, mejor respete la garantización efectiva de los derechos universales.Esto se reafirma en la Segunda Conferencia Mundial de Derechos Humanos, realizada en Viena en 1993, donde se afirma que la democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales son conceptos interdependientes que se refuerzan mutuamente. Aquí se registran las influencias del fin de la Guerra Fría, que extrapolada a este ámbito de análisis fijó una división entre los derechos políticos (defendidos por el bloque occidental capitalista frente a las violaciones a los mismos ejercidas en el bloque del este) y los derechos sociales y económicos (argumentados como falencias del capitalismo por los países bajo hegemonía soviética). Luego de la caída de la URSS en 1991, los DD. HH. estaban listos para ser unificados bajo un mismo término, y el énfasis renovado a la democracia y su ligazón a los derechos humanitarios estriba en la solución de la última gran contienda geopolítica del Siglo XX.Los Derechos Humanos: su presente y su futuroLa Organización de las Naciones Unidas a lo largo de su historia ha confeccionado códigos y convenciones a nivel internacional para ser tenidos en cuenta como modelos para la legislación nacional, en diferentes ámbitos de aplicación judicial; por ejemplo el trato a los presos, la protección y atención a los menores detenidos, el uso de armas de fuego por parte de la policía, la función de abogados y fiscales o la independencia del poder judicial respecto de otros poderes republicanos. Algunas de estas disposiciones se han elaborado en la Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal de las Naciones Unidas y en el Centro de Prevención Internacional del Delito. Sin embargo, luego de seis décadas de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, hay ocasiones en que parecería ser que sus contenidos fundamentales son solo letra muerta. En todo nuestro planeta día tras día se suceden las violaciones a los artículos de la declaración, no solo por parte de los diferentes Estados, sino también organizaciones no gubernamentales, individuos, sistemas económicos y culturales, etc. En los tiempos modernos, en los cuales más de la mitad de la población mundial (tres mil millones de personas) viven con menos de dos dólares por día, es una gran incógnita el tratar de resolver como se garantiza el primero y más importante de los derechos humanos (el derecho a la vida) a los seres humanos que se encuentran sumidos en la pobreza extrema. Porque no solo se trata de garantizar la vida por la vida misma, sino que el objetivo fundamental de los Derechos Humanos es además, el contribuir a incrementar esa calidad de vida disminuida notoriamente, y que impide disfrutarla y vivirla como se desearía hacerlo. Sin embargo, hay vientos de esperanza. El Secretario General de la organización, Kofi Annan, en su programa de reforma de las Naciones Unidas, emanado de la Declaración del Milenio, avalada por más de 150 jefes de estado de todo el mundo, afirmó que los Derechos Humanos deben ser el tema común de todos los aspectos de la labor multifacética de la Organización, en todas sus políticas y programas. No obstante, conociendo las enormes dificultades con las que la organización se topa a la hora de implementar las políticas y sugerencias planteadas en el seno de sus debates en la realidad práctica, es un gran interrogante a futuro el considerar como a largo plazo estas reformas serán implementadas. ¿Primará la lucidez que tuvieron los líderes de posguerra a la hora de idear un sistema universal de valores comunes para tratar de terminar con el principal conflicto de la humanidad, es decir, la imposibilidad de una convivencia verdadera y pacífica? ¿O por el contrario, los Estados firmarán pactos y convenciones suscribiendo de palabra la protección de los derechos humanos de todos los hombres, y en la realidad continuarán violándolos (no respetando lo estipulado en los últimos artículos de la Declaración acerca de la obligatoriedad de su efectividad) sistemáticamente en pos de solucionar por la fuerza problemas políticas cotidianos en el corto plazo, anulando cualquier tipo de construcción de proyectos pacíficos para el futuro? Las generaciones presentes tienen la respuesta.
Bibliografía"Manual on Human Rights reporting", Ed. Naciones Unidas, Ginebra, 1997"The World Bank Annual Report", Ed Banco Mundial, Washington D.C., 1997"Historia de las Relaciones Internacionales Contemporáneas", Juan Carlos Pereira (comp..), Ed. Ariel, Madrid, 2003"ABC de las Naciones Unidas", Ed. Naciones Unidas, Nueva York, 2000.www.un.org información general sobre el sistema de Naciones Unidas.

jueves, 20 de noviembre de 2008

GENERO Y VIOLENCIA. Eva Giberti

El título posiciona el tema en una filosofia de las oposiciones, o de los antagonismos o de lo adverso: malo y bueno. Si se menta el “género” en los escritos referidos a las mujeres suele generarse un deslizamiento –no necesariamente consciente– asociado con alguna forma de violencia, como si la idea de violencia debiera continuar a la conceptualización del género. Parecería que surgiese una coherencia implícita en la relación de ambos términos como si se tratase de un encadenamiento inevitable, definitivamente engranado en su manera de instalarse social y psíquicamente. Lo que sugiere una concepción homogénea de este tema que polariza al género (hombres, mujeres y transgéneros) y lo ata a las violencias múltiples que enhebran víctimas/victimarios creando un campo, así como la posición de testigos autónomos respecto del mismo, pero no aislados ni ajenos. Quizá fuese prudente pensar en una transformación nocional resignificando o reconstituyendo categorías destinadas al análisis de los 1) procedimientos que las violencias desparraman (golpes, palizas, humillaciones, discriminaciones múltiples, etcétera) así como al análisis de 2) los efectos de las violencias en sus protagonistas. La contundencia de esta asociación reclama decisiones políticas, políticas públicas y ejecutividad de las leyes así como advertencia acerca de la pretendida ecuanimidad de quienes sostienen “hay mujeres violentas”, pero también demanda la introducción de variables históricas y semánticas. Revisión crítica Reclamo revisión desde un pensamiento crítico en lo que se refiere a pensar violencia familiar, violencia contra las mujeres, violencia de género, violencias sexuales, malos tratos a niñas y niños, trata de personas, discriminación de los transgéneros y otros en el campo víctima/victimario. Pongo en cuestión “el” marco teórico que utilizamos para reflexionar, debatir porque estimo que no existe un marco teórico sino varios, cambiantes y no han sido determinados definitivamente. Tampoco el compromiso personal de quien los aplica que no es ajeno a su manera de participar en el campo. El insulto máximo ¿Por qué el insulto máximo, hijo de puta, conlleva la presencia de una mujer prostituida cuyo hijo garantizaría la existencia de un cuerpo materno caracterizado como cloaca espermática construida merced a las prácticas masculinas? Un hijo desnacido por el reproductor que no aspiraba a engendrar con esa mujer, y al mismo tiempo asociado con la necesidad de lograr placer mediante el pago de la servidumbre sexual. La prostituta se considera necesaria, pero su cría se utiliza como agravio para otro varón: hijo de puta. Criatura que proviene de un lugar que mediante su existencia transforma a la puta en madre-mujer apostando a una violencia en el lenguaje, rudimentaria y paradojal, que evidencia la imposibilidad de prescindir de la mujer que siempre se encuentra en el origen del sujeto: la madre; aunque se pretenda negarle la condición materna sustituyéndola por la función puta. Para poder construir un insulto mayor la violencia se imprime en la semantización que sustituye la función madre por la función puta, negando lo innegable, el original lugar madre de la que el varón es tributario en su origen, así como es tributario de la creación de las putas. La madre es quien lo crea, y él es quien crea a las prostitutas, utilizando el agravio que desmadra al hijo de puta dejándolo sin madre, como cría proveniente de una mujer que no amerita el reconocimiento masculino de su hijo. Transparente ejercicio de violencia verbal contra las mujeres a las que pretenden clasificar como madres (hijo de) o como putas, ante el terror que inspira saber que inevitablemente ellos y sus hijos –los que llevan su apellido– dependen para nacer del cuerpo fecundo de las mujeres, sin distinciones entre nosotras. La violencia no puede sustraerse de esta semántica inscripta en los cromosomas del lenguaje de donde parte el insulto creado en el nombre del padre. La ley (¿de qué ley hablo? De la que quiera entender quien lea) no es patrimonio del derecho, ni del psicoanálisis ni de las religiones; surgió de las primeras relaciones humanas entre quienes poblaron el planeta. El sujeto que golpea a la víctima mujer conoce la ley en sus instancias familiares y jurídicas, sabe que la está transgrediendo. Su respuesta “no puedo parar una vez que empecé” evidencia cómo consigue que el conocimiento de la ley se convierta en aquello que existiendo no puede operarse. La ley se conoce pero no opera. La falla en la operatividad reside en que carece de integración en el sujeto, que no se incluyó como operador de sus contenidos. La ley no opera mientras carece de eficacia para modificar al sujeto que se define a sí mismo como aquel que no puede detenerse, la ley lo posiciona como carente de mecanismos supresores que lo instituyan como operador de sí misma, de allí la reiterada frecuencia con que algunos jueces eligen caratular los episodios como “lesiones leves –o graves–” y no como violencia familiar. La actuación violenta genera un escenario donde el sujeto ataca a la víctima, la golpea y ella grita mientras los hijos miran aterrorizados. Es la tragedia griega en tanto los caracteriza la encerrona parental cuyos personajes son padres, hijos, parientes. Y siempre se retorna, porque jamás se ha salido de esa escena. Siempre se desarrolla en el mismo escenario y con los mismos protagonistas. Si bien hay puntos que pueden modificarse, lo que se mantiene es el impulso violento hacia el otro. Ese otro es una mujer, de allí la presencia de la idea de Género y Violencia, porque es el género varón el que se presenta como incapaz de mantenerse sujetado de acuerdo con la ley. Es la relación entre la injusticia y la ley cuando el pacto inicial se rompe. El pacto desde el psicoanálisis En el Esquema de psicoanálisis Freud se remite al pacto entre el analista apuntalado en el mundo exterior objetivo y el Yo del psicótico. Fracasa el pacto entre el Yo y el Otro que el psicótico no puede establecer como diría Lacan. El planteo lacaniano apunta al pacto con el sujeto en tanto par-letre, o sea, un pacto simbólico, “del intercambio de los símbolos como situamos los unos con respecto a los otros nuestros diferentes yoes”. Del ahondamiento de esta regulación por medio del intercambio simbólico nace la noción de un orden simbólico. A veces se lo concibe como una mediación que permite superar “la rivalidad absoluta con el otro” recurriendo a una tercera instancia situada más allá de los sujetos competidores. Será a partir de esta relación dual hacia una triangular que introduce el juez o árbitro, y la creación del contrato. El pacto en la historia Veamos los diccionarios: “Un acuerdo vinculante de carácter solemne tomado por dos o más partes, individuos, etcétera, a fin de hacer, o bien de abstenerse de hacer una cosa determinada; un convenio”. También: convenio, trato o una alianza entre partes iguales o igual autoridad. Sin embargo, ni berith en hebreo –significado se refiere a un lazo que no puede romperse fácilmente–, ni diathéke (las palabras hebrea y griega que la Biblia emplea, y que se han traducido como “pacto”) significan eso. La Biblia, es rotunda: el pacto de Dios es una promesa de su parte y se refiere a más de un pacto: con Noé, Abraham y otros. Siempre procede de la divinidad, nunca de los seres humanos, de allí la concentración en la idea de obediencia por parte de quienes habrán de asumirlo; es un convenio que Dios hace con su pueblo. Este acuerdo conlleva una reciprocidad de beneficios y obligaciones. Dios espera del ser humano obediencia como consecuencia de la confianza en El y Su palabra. El propósito principal del pacto es la iniciativa de Dios por restaurar la relación con el ser humano, la cual se había quebrado a partir de la desobediencia de Adán y Eva. Fácil asociar la creencia masculina acerca de una razón básica para ser obedecido por la mujer. Deviene de su ansia de ser Dios. El otro pacto inicial es aquel que fundó los orígenes de las sociedades y de los ordenamientos sociales: pacto de no agresión que excluye todo tipo de violencia en la relación entre las partes. Entre las comunidades y las tribus primero. Para eludir el estado de naturaleza en el que no regía la ley. Que es al que retornan los violentos del género masculino, a los estadios previos al pacto. La evolución de las sociedades condujo al segundo momento del pacto: lograr acuerdos, excluido el uso de la fuerza recíproca para la solución de conflictos. Esas partes se comprometen a resolver los desacuerdos mediante negociaciones que “desembocan en un compromiso”. Lo que no significa que se transita hacia un estadio no conflictual sino a la alternativa de encontrar otro modos de entenderse. La clave reside en la prohibición de utilizar la violencia recíproca para hacer valer las propias razones. En la construcción histórica de las subjetividades, el género mujer quedó entrampado en otra clase de pacto, el pacto entre varones que las tomó como botín, como capital productor de proles. Fue un pacto social en cuanto a la propiedad de las mujeres, pacto tribal entre hombres. La ilusión de nuestra sociedad, transmitida por medio de la legislación, es que entre hombres y mujeres existen contratos a partir de la igualdad de derechos. La historia empieza con las teorías del Contrato Social de Hobbes, Locke y Rousseau polemizando con Filmer, para quien el derecho político se deriva del derecho paternal y monárquico que Dios entregó a Adán. El contractualismo creó nuevos mecanismos de dominación de las mujeres, el más evidente de ellos es su exclusión de diversas áreas vitales. Estos teóricos pretenden mantener todas las estructuras de dominación; defienden la división de la sociedad en espacios sociales. De ahí que las estructuras sociales básicas que quieren conservar para la nueva sociedad –como la familia o la dicotomía público-privado– sean transferidas al estado de naturaleza para así devolverlas a la sociedad con la legitimidad que le proporcionaría su pertenencia a la naturaleza comandada por el varón. Para el análisis de Género y Violencia esta oposición público/privado es clave porque Género se mueve en el ámbito de lo público. Se es hombre o mujer a la vista. Y se pretende que la violencia ejercida contra las mujeres se mantenga en el ámbito de lo privado, para que el Estado no intervenga. ¿El contrato? Las mujeres deben estar subordinadas a los varones, pero mostrando su acuerdo. El origen de este consentimiento puede apreciarse en la idea moderna de matrimonio. El contrato matrimonial es la reproducción del pacto sexual de los orígenes entre varones apropiándose de las mujeres. Fue estudiado por Carole Pateman, quien afirma que la “polaridad público-privado no puede ser pensada separadamente”. El discurso académico privilegia el espacio público, y entonces cuenta la mitad de la historia: que de un hipotético pacto original entre hombres libres e iguales surge un nuevo orden social, civil y político. En el comienzo de las sociedades no existió –tampoco ahora– esa igualdad entre hombres y mujeres. El género masculino reguló la organización de esos contratos que pretendiendo ser sociales se sostenían sobre la posesión sexual de la mujer. Pateman acentúa la necesidad de explicar cómo se establece y mantiene la esfera privada dentro de la cual el varón dispone de su poder sobre los derechos de los otros miembros de la familia; de ahí su empeño por contar la otra mitad de la historia: la historia del contrato sexual como diferencia política”. Es esa modalidad política enancada en el mundo pulsional que ofrece y aporta los recursos para las respuestas violentas, así como el deseo de poder, que regula las violencias propia de un género respecto del otro. El contrato sexual crea una relación de subordinación de las mujeres respecto de los varones, de forma que cuando se firma el contrato social, las mujeres están excluidas de él como sujetos. No sólo la violencia familiar, también la prostitución, y la trata de personas constituye el paradigma de dicho abuso de poder. El contrato social es un pacto entre los dos sexos en el que las mujeres pactan su sujeción a cambio de “la protección” de los varones. El discurso en la historia de la violencia familiar El discurso es clave porque antes de que la violencia sea física, aparece, por lo general, otra que responde a la superposición denominado por Greimas contrato de veridicción y que se establece en y por el discurso. Este contrato es un acuerdo implícito entre los dos actuantes de la estructura de comunicación y está relacionado con el grado de veridicción que se le otorga al discurso: “La comunicación de la verdad descansa en la estructura de intercambio que le sirve de base”. (La adhesión de quien escucha, y recibe los argumentos es la única instancia capaz de legitimar el contenido de ese contrato de veridicción, o sea, aceptar al discurso como verdadero.) Pero sucede que una de las partes, mujer no puede, no alcanza a argumentar o lo que argumenta no le gusta a quien escucha. Estamos cerca de Lacan cuando sostuvo que la veracidad de un discurso no está en relación al referente –el varón golpeador– sino a ese contrato de veridicción que se supone vigente en tanto se instaló en y por el discurso: “La verdad tiene estructura de ficción”. La institución que subordina y oprime a las mujeres es la familia. La relevancia de la misma se debe a que recrea las condiciones de dominio social. Esta violencia aumenta con la autoridad de las mujeres nuevas, que han roto el pacto sexual, y el contrato sexual regulando la natalidad según sus criterios por una parte y por otra mediante actividades que invaden exitosamente la considerada esfera de intimidad familiar quebrantada hoy por la creciente autonomía de las mujeres en las distintas clases sociales. En el contrato social los varones explicitan y acuerdan sus libertades así como su igualdad ante la ley. En cambio, en el contrato de matrimonio las mujeres “consensúan” su sujeción a los varones y éstos su dominación sobre aquéllas. Revisar Continuar refiriéndose a Género y Violencia mantiene su eficacia agitativa, y torna recomendable incorporar las teorías que incluyen la acción y el discurso revisado lo cual se traduce en tomar en serio la violencia familiar. Implica no tolerar la indiferencia legislativa, ni distracciones de algunos jueces, ni la inercia educativa que debería incluir el tema desde los primeros grados. “El marco teórico” podrá apoyarse en la teoría del hacer. “Derivar “a las víctimas a tratamientos psicológicos cuando los hospitales están saturados es recrear nuevas encerronas. Así como suponer que la psicoterapia, sin la transmisión del empoderarse de la mujer para enfrentar al violento, es suficiente también significa una distorsión perceptual del problema. La revisión del marco teórico remite a la modificación de los contenidos técnico/teóricos de quienes pensamos o actuamos en violencia familiar empezando por evaluar nuestra posición personal-moral frente al tema. Y así como el insulto máximo que involucra al hijo de la puta oculta en su semantización una discriminación operativa y violenta, la expresión violencia familiar encubre la trampa que cotidianamente torna eficaces a los violentos al incluir la idea de “lo familiar”, en la que en realidad es tradicional violencia contra el género. La palabra “familiar” tiende a neutralizar el delito –asociándolo con un desentendimiento entre un hombre y una mujer unidos por lazos familiares– así como la palabra hijo desplaza sobre un niño la violencia masculina que la prostitución consagra.
El texto fue publicado en Página 12 el 7/11/08