martes, 24 de febrero de 2009

Sigo gritando......

Llegó una vez un profeta a una ciudad y comenzó a gritar, en su plaza mayor, que era necesario un cambio en la marcha del país. El profeta gritaba y gritaba y una multitud considerable acudió a escucharlo, aunque más por curiosidad que por interés.

El profeta ponía toda su alma en su voz, exigiendo el cambio de algunos hábitos. Pero, según pasaban los días, cada vez eran menos los curiosos que rodeaban al profeta y ni una sola persona parecía dispuesta a cambiar su vida.

El profeta no se desalentaba y seguía gritando. Hasta que un día ya nadie se detuvo a escucharlo. Pero él continuaba gritando en la soledad de la gran plaza. Y pasaban los días. Y el profeta seguía gritando. Y nadie le escuchaba.Un buen día, alguien se acercó y le preguntó: ¿Por qué sigues gritando? ¿No ves que nadie está dispuesto a cambiar?

Sigo gritando -dijo el profeta- porque si me callara, ellos me habrían cambiado a mí.

Liderar no siempre consiste en convencer o cambiar a otras personas. Muchas veces, tiene más que ver con mantener una cierta integridad y ser constante en aquello que se dice y se hace. Más tarde o más temprano, el mensaje llegará a otros con una fuerza irresistible.

2 comentarios:

Cecy dijo...

Profeta con buenas convicciones.
Me gusto.

besos.

Melibea dijo...

Envidiables y excelentes convicciones.

Un abrazo